Estado civil: cansado
A principios de 2024 estaba cansado del marketing y pensaba seriamente en abandonar el sector.
Durante años fui testigo de la forma en la que demasiados profesionales, agencias y gurús entendían este oficio. En aquel tiempo me comprometí con posiciones de responsabilidad en varios proyectos, de esos que acostumbran a decir que una empresa es una “familia”, para luego descubrir que solo eran sistemas precarios montados a medida de las ambiciones de unos pocos oportunistas, donde las personas eran combustible para QUEMAR.
Durante este viaje me topé con multitud de egos frágiles reconvertidos en narcisistas a golpe de MBA, con una visión totalmente distorsionada de si mismos, pero incapaces de liderar y gestionar nada con un mínimo de tino (porque gestionar y liderar es un trabajo muy duro).
Siempre se daba la misma circunstancia: los machacas dábamos la cara ante clientes normalmente insatisfechos por culpa de la caradura e ineptitud de los que estaban más arriba y gestionaban los recursos. Demasiadas veces sentía que nuestro trabajo no era hacer el mejor trabajo posible sino mantener viva una ficción que justificase SEGUIR COBRANDO el fee mensual.
Sí. Sé que existen excepciones y buenos proyectos, pero la realidad es que esta falta de propósito y ausencia de ética profesional está a la orden del día. Lo que pasa es que hay miedo a visibilizarlo.
Vamos a intentarlo (again)
Dicho esto.
Tras más de una década auto-engañándome pensando que debía esforzarme más y entonces encontraría mi lugar, me he cansado de tener que sacrificarme por “el sueño” de otros.
De esa frustración nace Red Room.
Un estudio de marketing donde nos hemos reunido varios socios, profesionales con muchos años de callo y las cosas muy claras sobre aquello que nos gusta y lo que no nos gusta del sector. El objetivo no es revolucionar nada, solo trabajar bien, entregar calidad sin humo y a demostrar que hacer las cosas de otra forma ES POSIBLE.
No somos un autoempleado sentado encima de una caja de frutas
Por cierto, esto no es un brindis al sol. Aunque hoy nos presentamos, lo cierto es que llevamos en marcha DESDE ENERO y no paramos de crecer. Así de discretos somos.
En estos meses hemos estado trabajando cada día, aprendiendo de nuestros clientes y entregando lo mejor que tenemos como servicio profesional. Pero hoy dejamos de escondernos, lanzamos nuestra web y abrimos espacio a nuevos clientes.
Red Room es nuestra forma de recordar -y de recordarme a mi mismo- que aún se puede hacer marketing con criterio, cuidado y creatividad, con una voz propia y reconocible.
He recuperado la ilusión. Y no, no voy a abandonar.